martes, 24 de noviembre de 2015

Recordatorio del mundo urbano

Rasgos básicos del mundo urbano y funciones de este mundo

Morfología urbana
 

Los sistemas urbanos


 El sistema urbano español

El fenómeno urbano en el mundo

Los problemas medioambientales en el mundo urbano
 Otros problemas del mundo urbano

martes, 27 de octubre de 2015

Historia de la agricultura

Historia de la agricultura La revolución neolítica

 



La agricultura bajo plástico en Almería

 Tierra y Mar

 

 Ganadería tradicional en dehesa

 Ganadería científica La

Economía verde.



Turismo rural

 


 Este video de TVE sobre la agricultura biodinámica. Trabajar la tierra sin herbicidas ni pesticidas y tener en cuenta el subsuelo se empieza a valorar en algunos cultivos. La biodinámica es un método que se originó en Austria a principios del siglo XX y que se considera el pionero de la agricultura orgánica.

Recordatorio

Recordatorio de lo aprendido en Video

1. El espacio rural
2. Factores del paisaje agrario
3. Elementos del paisaje agrario 4. Paisajes agrarios del mundo y España

5. La transformación del mundo rural
6. Paisajes agrarios de Andalucía

martes, 20 de octubre de 2015

Los espacios rurales en Andalucía

Andalucía cuenta con 771 municipios que se reparten entre sus 8 provincias con una extensión de 87.597 km2, que equivale al 17,3% del territorio español. Los paisajes agrarios andaluces participan de las características típicas en un país desarrollado. 



El espacio rural es muy abundante en Andalucía y lo comprenden actividades como: agricultura, ganadería, silvicultura y explotación forestal, caza, industrias agropecuarias, turismo rural y residencia secundaria. 

Dentro de los factores físicos que condicionan la actividades en este espacio tenemos que reconocer la diversidad del medio físico que existe en Andalucía y que , en general, favorecen nuestra agricultura. 

  • Clima: El clima en Andalucía es mediterráneo con unas temperaturas cálidas en verano y suaves en invierno. Las precipitaciones son escasas por lo que la sequía amenaza a menudo las cosechas. Debido a la irregularidad de las precipitaciones existe esto hace que haya riegos artificiales (goteo, aspersión, etc.) ya que las sequías amenazan las cosechas 
  • Suelos: El suelo en Andalucía es en su mayor parte arcilloso y calizo que se corresponde con las zonas mas fértiles y la parte silícea con las zonas menos productivas. El suelo arcilloso se corresponde con el mas fértil, y el silíceo es menos productivo, aunque para que un suelo de buenas cosechas no tiene porque ser arcilloso. 
  • El relieve es complejo ya que encontramos una gran depresión rodeada de montañas que crean elevadas altitudes y pendientes excesivas. 



Dentro de los factores humanos interesa mucha la población rural, y lo cierto es que la población rural va descendiendo debido al éxodo rural, la mecanización del campo y las bajas rentas agrarias. 

Dentro de la población rural se puede diferenciar el hábitat rural entre el  poblamiento concentrado: la población vive apiñada en un solo núcleo y el disperso en el que las casas están rodeadas por las tierras de labor, prados o montes.  

El hábitat dominante en Andalucía es el poblamiento concentrado en el agrupamiento del as viviendas de la aldea en un lugar en concreto, dejando el resto para que pueda ser cultivado. Los factores que influyen en la forma de doblamiento son tanto de tipo físico (relieve) como humano(estructura de la propiedad, historia, tradiciones). En el caso del relieve las zonas montañosas son más proclives al hábitat o poblamiento disperso, mientras que las llanuras lo son al concentrado. 

Los factores tecnológicos son también muy importantes. Las actividades agropecuarias cada vez utilizan menos población debido a los grandes avances tecnológicos como es el caso de la maquinaria agrícola, la rotación de cultivos y los fertilizantes y fitosanitarios. 

La maquinaria ha conseguido una mecanización en el campo, esto ha provocado una reducción de la mano de obra y una mayor productividad. El uso de los fertilizantes se ha estabilizado su consumo en los últimos años debido al incremento de sus precios, la extensión de la agricultura ecológica y el riesgo de contaminación. 

Dentro de los factores tecnológicos la generalización del uso de las técnicas de riego aseguran la producción de cultivo cada año, las que se emplean en Andalucía son la aspersión y en mayor medida el goteo. 

Igualmente los factores políticos pesan cada vez más. La política agraria tiene como finalidad asegurar la estabilidad del sector, por lo que debido a los diversos problemas que sufre Andalucía se destinan numerosas ayudas por parte de la UE. 

También son muy importantes los elementos propios que caracterizan al campo andaluz. En Andalucía predomina la gran propiedad (latifundios) y en menor parte la mediana propiedad. Estas parcelas son abiertas, irregulares, y , en muchas, ocasiones aparecen en régimen de monocultivo. 


Las actividades que caracterizan los espacios rurales y dominantes en Andalucía son: la agricultura, la ganadería, y , en menor medida,  la explotación forestal y actividad cinegética. 

En los espacios rurales transformados aparecen otros funciones como son el espacio rururbano, la residencia secundaria, el turismo rural y las industrias agropecuarias 

La agricultura: Se ha pasado de una agricultura tradicional a una agricultura moderna. Los cultivos se pueden clasificar entre secano y de regadío. De secano, si el agua aportada por las lluvias es suficiente. La de regadío, si necesitan un aporte adicional de agua 

También destacamos que en Andalucía aparecen cultivos extensivo e intensivos, dado el grado de rentabilidad que se le da al espacio. Igualmente podemos identificar zonas con policultivo y otras en monocultivo. 

Por último, existen espacios en los que dominan los cultivos arbustivos, en otros los arbóreos y en otros las plantas anuales y  forrajeros.  Tanto los arbustivos como los arbóreos son permanentes, mientras que el cereal o forrajero es  anual.

La ganadería : La ganadería andaluza se encuentra en un grave letargo desde el siglo XVIII del que hoy en día aún no ha despertado. 

Sector forestal: Este sector es escaso en Andalucía dándose solo en lugares como Grazalema y Sierra Morena. 

Ejemplos de espacios rurales. Aparecen tres grandes espacios rurales en Andalucía. Los paisajes o espacios de montaña, los paisajes de campiñas y llanuras y los paisajes litorales. 

Paisajes o Espacio de montaña: Se extienden a lo largo de las cordilleras andaluzas, algunas de las cuales cuentan con un clima riguroso y excesivas pendientes, lo que impide la existencia de otras actividades distintas a la forestal. La zona de Andalucía donde los paisajes agrarios de montaña ocupan más extensión es la correspondiente a las provincias de Málaga, Granada y Almería. Son paisajes agrarios tradicionales poco degradados, en los que se mezclan elementos de la actividad agraria con elementos naturales de gran valor paisajístico y belleza. El relieve dificulta la agricultura, aunque puede salvarse gracias a la construcción de bancales. Las actividades ganaderas y forestales se ven más favorecidas en estas zonas. El abandono de la actividad agraria por la emigración de la gente joven de estos pueblos trata de compensarse con el desarrollo del turismo rural. 

Dentro de este espacio destacamos por su extensión y  por representativo que es la dehesa. La dehesa se localiza a continuación de las áreas de montaña, en las zonas medias sin excesiva pendiente. Es un paisaje creado por el hombre que integra la ganadería extensiva, la explotación cinegética, la agricultura y la explotación del monte. Se localiza a continuación de las áreas de montaña. Integra la ganadería extensiva, la explotación cinegética, la agricultura y la explotación del monte. La dehesa constituye un espacio rural de gran valor ambiental en el que la intensificación de usos(agrícola, ganadero, cinegético y forestal) está poniendo en peligro supervivencia. En Andalucía se da al norte de Huelva, Sevilla y Córdoba. 

Paisajes de campiñas y llanuras. Este paisaje ocupa gran parte de las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén y Cádiz. El relieve y el clima son bastante más favorables para la agricultura. Los monocultivos de olivar y cereales son típicos en estas zonas. Predominan las grandes propiedades (latifundios) que tradicionalmente se explotaban con abundante mano de obra asalariada (jornaleros y jornaleras). La extensión del regadío y la introducción de maquinaria han asegurado en estas tierras mejores cosechas, pero han reducido la necesidad de mano de obra, generando el problema del desempleo rural. El poblamiento tiende a agruparse en núcleos de grandes dimensiones, que se consideran agrociudades. 

El espacio representativo: más representativos es la agricultura de secano Se localiza en el interior, en la que encontramos los tres cultivos más generalizados: la vid, el olivo y el cereal que pueden aparecer en forma de monocultivo. 

Paisajes litorales. Se dan en las inmediaciones de las costas andaluzas. En la actualidad, gran parte del litoral andaluz ha sido ocupado por construcciones orientadas al turismo y ha perdido sus rasgos rurales tradicionales. Los paisajes agrarios de las zonas costeras se ven beneficiados por la suavidad de las temperaturas, que permite obtener producciones muy variadas, incluso de productos tropicales. Un fenómeno de los últimos tiempos en muchas zonas costeras andaluzas ha sido la extensión del cultivo bajo plásticos en invernaderos, que ofrecen altos rendimientos pero tienen un fuerte impacto ambiental. 

El espacio más representativo representativos son los espacios hortícolas. Son de regadío propios del clima mediterráneo y de las áreas cercanas a los ríos. Son espacios de regadío propios del clima mediterráneo cálido y de las áreas cercanas a los ríos . Las altas densidades de población de estas áreas exigen una mayor tecnificación de la agricultura, lo que cambia radicalmente la fisonomía del paisaje, como ocurre en el campo de Dalias (Almería). 

En Andalucía también existen problemas en el campo. Estos problemas son de diversos tipos:

  • Económicos: bajos precios y precio inferiores a otros productos del exterior, exceso de producción respecto a la demanda, etc. 
  • Sociales: se produce el éxodo rural por falta de trabajo debido a la mecanización en el campo.
  • Medioambientales: pérdida de la fertilidad, erosión, contaminación, sobrepastoreo, etc. 


Entre las otras actividades que están transformando el campo andaluz se encuentran el turismo rural que suelen ser de pequeñas dimensiones, regentados por una familia y dispersos en el hábitat rural. La posibilidad de practicar un ocio alternativo al urbano (senderismo, paseos en bicicleta, paseos acaballo, etc). 

Igualmente ha experimentando un importante aumento en estos últimos cuarenta años la extensión de las residencias secundarias o segundas residencias , que son viviendas que sus propietarios disfrutan de forma no habitual o esporádica (vacaciones y fines de semana). Todo esto se ha incrementado en los últimos años por la mejora del nivel de vida y de los transportes. 

Por último, y en menor medida de lo esperado, se van detectando actividades industriales en áreas rurales sobre todo vinculadas con la transformación. 

miércoles, 29 de abril de 2015

La deslocalización en la actualidad


En esta etapa las nuevas circunstancias internacionales imponen otro tipo distinto de industrias. Estas circunstancias son la globalización y la integración de España en la UE que elimina los aranceles interiores, las ayudas masivas a las empresas y los monopolios. 
La globalización ha hecho que aparezcan nuevas inversiones extranjeras a través de las multinacionales, pero también que emigren industrias hacia los países con mano de obra más barata, fenómeno conocido con el nombre de deslocalización. Un ejemplo, ha sido la reubicación de la empresa Samsung que cerró su fábrica de Barcelona para instalarse en Eslovaquia. 
La deslocalización: Se buscan menores costes laborales pero también mejores condiciones fiscales y logísticas -la búsqueda de mayor competitividad- son el escaparate y las principales razones por las que las empresas se van ahora a países emergentes del Magreb, Europa del Este, y a China. Fueron los mismos argumentos que motivaron su llegada a España hace más de dos décadas.
De ahí que la deslocalización afecte a sectores muy diversos del tejido industrial español, aunque el textil y los componentes de automóvil se llevan la peor parte. 
En España se pueden distinguir actualmente dos modelos de industrias: las industrias tradicionales maduras con procesos de reconversión y las nuevas industrias con nuevas actividades que se aproximan al sector terciario. 
En esta nueva etapa se exige que aumente la productividad, mejore la tecnología y las inversiones y que los trabajadores estén mejor formados. Aunque la reestructuración industrial no ha terminado y la crisis sigue afectando a muchos sectores maduros, puede decirse que, tras ella, se abre una nueva fase marcada por los cambios que ha supuesto la tercera revolución industrial. Esta se basa en la innovación (aplicación de los nuevos conocimientos proporcionados por la investigación a la mejora de los procesos productivos, a la obtención de nuevos productos o a la mejora de la gestión) y en las tecnologías de la información (informática y telecomunicaciones), cuya materia prima inagotable es la microelectrónica. 
El fomento del desarrollo industrial armónico en el conjunto del país, y en particular, el de las regiones con especial situación de desempleo industrial y problemas de deslocalización o desinversión, promoviendo en ellas actuaciones de reindustrialización.
En 2006 se publicó una convocatoria general de Ayudas para reindustrialización, así como varias convocatorias específicas destinadas a zonas afectadas por procesos de deslocalización de los sectores textil, confección, calzado, juguete y mueble y a las comarcas de Campo de Gibraltar, El Ferrol, margen izquierda del Nervión y provincias de Soria, Teruel y Jaén.

Estas nuevas tecnologías y sus aplicaciones en el campo de la industria, han dado lugar a cambios en la estructura y en la localización industrial. En esta tercera revolución industrial han aparecido una serie de cambios relacionados con la importancia de las tecnologías de la información. Estos cambios se refieren a la producción (telemática, automatización instrumentos de precisión), la estructura industrial (descentralización, flexibilización, cambios en el empleo industrial y terciarización de la industria), los cambios en la localización industrial (concentración en las llamadas áreas centrales o parques tecnológicos), los cambios en la política industrial (tendencia a la menor intervención del estado o el fomento de la industrialización endógena) y la preocupación por las cuestiones medioambientales. Los avances de la tercera revolución industrial están permitiendo la recuperación de la industria en los países desarrollados a pesar de la pérdida de empleo industrial y de las crisis de las industrias tradicionales, que están siendo sustituidas por las llamadas industrias punta, es decir, aquellas que necesitan una alta tecnología y unas altas inversiones. 
Pero con los cambios internacionales - globalización (incluida la deslocalización) y ampliación de la UE, el tejido industrial español está perdiendo peso y está siendo sustituido por el protagonismo de dos grandes actividades: el turismo y la construcción. 
La nueva estrategia de desarrollo industrial española trata de incidir en la productividad total de los factores mediante actuaciones relacionadas con sus principales variables determinantes como son la dotación de infraestructuras, la calidad del capital humano, la inversión en I+D+i y el entorno competitivo de los mercados de bienes y de trabajo.
"¿Qué medidas está tomando la Unión Europea para evitar la deslocalización de las empresas comunitarias en Asia u otras regiones, que están quitando puestos de trabajo a los europeos que necesitan en estos momentos mantener a sus familias?", pregunta André, desde Alemania. Viviane de Beaufort, profesora y codirectora del Centro Europeo de Derecho y Economia ( ESSEC ): "¿Qué entendemos por deslocalización?. Porque hay bastantes ideas preconcebidas en Francia y en el sur de Europa. Cuando el grupo francés Lafarge crea una fábrica para producir cemento para la construcción de edificios en la India, no es una deslocalización. Se trata de un despliegue de su actividad, de crecimiento, y eso no quita nada a Europa ni a Francia. Sin embargo, cuando Renault decidió, por razones económicas, trasladarse al este, sí efectivamente hay un riesgo de deslocalización que implica una pérdida de la producción, una pérdida del volumen de negocio, una pérdida fiscal y también un problema de empleo. 
 ¿Pero cómo podemos evitar que una empresa quiera, dentro de la competencia mundial, que es cada vez más fuerte, deslocalizar sus actividades?. ¿Qué hace Europa? Bueno, pues no ha hecho mucho por la sencilla razón de que no está autorizada para hacer muchas cosas. 
La política industrial, la política de educación superior, la política en materia de investigación y desarrollo son políticas que se han quedado en manos de los Estados miembros. La cuestión es saber cuáles son los sectores del futuro. No vale la pena intentar retener sectores de actividades de bajo coste y donde no vamos a ser nunca competitivos porque no jugamos con las mismas reglas. Europa tiene muy buenas ventajas en términos de estabilidad política, marco jurídico, normas y población educada.
Y es en ese campo donde debemos apostar: la biotecnología, las altas tecnologías que aportan valor añadido y hay que dejar los otros sectores. Así que siempre es un proceso doloroso, sobre todo cuando no estaba previsto, es responsabilidad de nuestos gobiernos hacer eso y hay que articularlo a nivel europeo ya que será más fácil en esos casos". 



lunes, 27 de abril de 2015

Reconversión industrial de los 80

Para el año 1984 hay una mesa instalada en el salón de columnas del palacio de La Moncloa, con José María Cuevas, el presidente de la patronal, a su derecha, y Nicolás Redondo, el secretario general de la UGT, a su izquierda, Felipe González respira hondo y estampa su firma al pie del documento que sella el pacto tripartito sobre el Acuerdo Nacional de Empleo. Detrás de los tres protagonistas se sientan el superministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer; el titular de Industria, Carlos Solchaga, y una amplia representación de la CEOE y del sindicato socialista. Sólo falta Comisiones Obreras, que no está de acuerdo con los resultados de las larguísimas negociaciones y prefiere quedarse al margen de la foto oficial, en el inicio de un frío otoño. 
El Gobierno cree poner fin de esta manera a un duro año de tensiones y protestas en el sector industrial. La cirugía de la reconversión diseñada por Carlos Solchaga y su equipo, y bendecida por el superministro Boyer, ha hecho que las manifestaciones y enfrentamientos se extiendan desde Vigo a Cádiz, y desde El Ferrol a Sagunto. 
Los choques entre trabajadores y fuerzas de seguridad son tremendos y colocan al primer Gabinete socialista en una difícil encrucijada. Prometieron electoralmente crear 800.000 puestos de trabajo, y la promesa se antoja imposible de cumplir. No sólo eso, la crisis se extiende por todos los sectores y los recortes de plantilla y de actividad son dramáticos. 
Se quiere entrar en la Comunidad Europea a cualquier precio, y los futuros socios ponen condiciones draconianas a España. El desmantelamiento industrial arroja al paro a 100.000 trabajadores, iniciando el camino de la reconversión. Para que en 1998, Astilleros Españoles, que en 1984 contaba con cerca de 25.000 trabajadores, apenas cuenta en la actualidad con 5.000; y el sector que mantuvo el tercer puesto mundial, por detrás tan sólo de Japón y Suecia, está a punto de ser desmantelado. 
En el sector siderúrgico ocurre a partir de ese maléfico 1984 otro tanto. Las reconversiones llevan al paro y a la jubilación anticipada -con el coste añadido que tiene para las finanzas públicas- a miles de personas. La violencia en las calles acompaña a la desesperanza en miles de familias. 
El 16 de enero de ese año, como preludio de los 12 meses que van a venir a continuación, los 1.500 trabajadores de los astilleros de Ascón se enfrentan a la policía. El 2 de febrero, medio millón de personas secunda la jornada de protesta convocada por CCOO y ELA-STV en protesta por la reconversión industrial. 
La negra herencia de los años 70 se hace sentir en toda su plenitud. En Galicia, Asturias, Comunidad Valenciana y País Vasco 650.000 personas se ven afectadas por la política de drástica cirugía industrial que impulsa Carlos Solchaga, el hombre que a mediados de 1985 asumirá todo el poder económico en el Gobierno tras la dimisión de su amigo y compañero, Miguel Boyer. La reconversión que los dos defienden, así como el futuro industrial que ven para España dentro de la Comunidad Europea, hace que dentro del Gabinete que dirige González y del propio PSOE surgan  discrepancias 
Para Boyer, y sobre todo para Solchaga, la titularidad de las empresas no importa, y nuestro país no puede, ni debe competir con el resto de las naciones europeas en los grandes temas industriales. Su futuro está en el sector servicios, y dentro de él, el turismo, donde tampoco se apuesta por contar con una gran multinacional que nos libere de la tiranía y los bajos precios de los tour operadores. La reconversión industrial le cuesta al Estado un billón de pesetas de forma oficial, y dos de fondo real; con el añadido de medio billón que sale del sector privado. Visible en la película Los lunes al sol.









En cuanto a sus resultados, puede afirmarse que la reducción de empleo superó las previsiones y afectó principalmente a las ramas metalmecánicas y a las grandes empresas, mientras que muchas pyme afectadas por agudas crisis, quedaron excluidas. La reindustrialización o recomposición del tejido industrial de las zonas afectadas por la reconversión supuso la modernización tecnológica de los sectores que, sometidos a reconversión, presentasen una clara viabilidad y la creación de nuevas actividades que diversificasen la industria de zonas hasta entonces muy especializadas y generasen empleo. Para ello se crearon las ZUR y las ZID.


  • Las ZUR (Zonas de Urgente Reindustrialización), nacidas en 1983, tenían un período de vigencia de 18 meses, prorrogables otros 18. Se delimitaron seis (Galicia, Astucias, la zona del Nervión, Barcelona, Madrid y Cádiz). Podían solicitar su inclusión en una ZUR las empresas que realizasen la instalación, ampliación o traslado de fábricas a estas áreas, siempre que generasen nuevos puestos de trabajo y fuesen viables. A cambio recibirían incentivos fiscales y financieros, así como subvenciones por incorporar trabajadores de los fondos de promoción de empleo. 
  • Las ZID (Zonas Industrializadas en Declive) sustituyeron a las ZUR al aprobarse la nueva ley de incentivos regionales en 1985. Comprenden todas las áreas especialmente afectadas por la crisis y el ajuste industrial. La promoción se basa en subvenciones a la inversión, que incluyen también ahora a empresas de servicios. 
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lunes, 16 de febrero de 2015

La ciudad española durante el franquismo


Belchite (Zaragoza), un pueblo devastado por la Guerra Civil.
Tras finalizar la Guerra Civil Española comienza el conocido como período de la autarquía y durante el mismo se inicia un proceso de elaboración de la formulación conceptual parejo a la institucionalización administrativa del planeamiento urbanístico que culmina en 1956 con la progresista Ley del Suelo de España. 
Los años que van desde el 1939 a 1959 se conocen como los años de la autarquía económica. Esta autarquía y limitación también la vemos en el campo del urbanismo, pues la tasa de urbanización era todavía muy escasa ya que únicamente un  40% de españoles son habitantes de municipios de más de 10.000 habitantes. 
Las condiciones de la postguerra no eran óptimas dados los efectos de la guerra civil en las ciudades y a la incapacidad de relanzar el fenómeno urbano así como a la imposibilidad de asegurar unas condiciones mínimas en la ciudad. Es una situación de declive llamada "etapa de la miseria urbana". A partir de aquí se inicia un intervencionismo total. A pesar de la creación del INI (Instituto Nacional de Industria) que actúa sobre proyectos industriales en ciudades medias (50.000 habitantes), lo cierto es que inicialmente el franquismo se centra en el medio rural y , en todo caso, en hacer frente a los efectos devastadores de la Guerra Civil (1936-1939).

Es cierto que alguna actuación sobre las ciudades y vinculadas con el INI- por medio de la empresa Calvo Sotelo- se acometen en ciudades pequeñas como Puertollano (Ciudad Real)  o en el área metropolitana de Madrid, en concreto en los polígonos industriales de Villaverde o de San Fernando de Henares. 
Sin embargpo, lo más significativo es la creación, un año antes de que acabara la guerra - en 1938- del Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones con una finalidad de reconstrucción para paliar los efectos de la guerra. Al año siguiente, 1939, se crean muchos organismo que pretenden estimular la creación de viviendas tanto en la ciudad como en pueblos como son el Instituto Nacional de la Vivienda, la Dirección General de Regiones Devastadas, Dirección General de Arquitectura y Junta de Reconstrucción de Madrid o el Instituto Nacional de Colonización o los inicios de planes de viviendas comarcales y provinciales.
Facultad de Agrónomos en la Ciudad Universitaria (Madrid)


Para 1940 se generalizan en las ciudades la redacción de los Planes General de Ordenación Urbana (PGOU) - llamados en quel momento Plan General- en muchas ciudades como Madrid, Toledo,  Cuenca o Palma de Mallorca.
Se actúa en aquellos lugares donde la guerra se ha dejado sentir. Se legisla sobre las expropiaciones, las exenciones de impuestos y los créditos baratos. Pero la transformación urbana en los años cuarenta es poco significativa.
Igualmente durante la dictadura franquista se toman decisiones legislativas de importancia como son la Ley del Suelo y Ordenación Urbana (1956) que revisa los planes anteriores y supone la intervención del Estado en materia urbanística y un intento de crear instrumentos de lucha contra el caos urbanístico y la especulación. Con esta ley el suelo se divide en tres categorías: urbano (que permitía solicitar la licencia para edificar), de reserva urbana (que indicaba la dirección del crecimiento urbano) y rústico (donde se admitía cierta edificabilidad, lo que permitió crear muchas segundas residencias). Pero apenas tuvo aplicación en la práctica.

Poco tiempo después la fisonomía de la ciudad, teniendo en cuenta la normativa de los planes generales de ordenación urbana que provienen de la regulación del suelo del año 1956 y que en teoría busca el equilibrio territorial y la construcción de ciudades con polígono de edificación abierta, y bien equipados y comunicados se encuentra con una realidad diferente.
La razón de este desajuste está en la aparición de dos fenómenos en los 50 como son la aparición del inversor entendido como un agente profesional que adquiere suelo y construye viviendas,  y la extensión de la idea de barriada o suburbios que colonizan los extrarradios de las ciudades y que son ocupadas por personas que trabajan en la industria. Algunas de estas últimas surgen como un asentamiento marginal, en muchos casos serán ilegales o con insuficientes condiciones de salubridad.
Al año siguiente, en 1957 se crea el Ministerio de la Vivienda con delegaciones en todas las provincias españolas.

El mayor crecimiento urbano en España coincide con la década de los sesenta, conforme el franquismo entra en la fase desarrollista, en las que las ciudades españolas iniciaron un enorme crecimiento debido al aumento natural de la población y a la reactivación del éxodo rural. Los años 60 son de auténtica explosión urbana asociada a la modernización económica, al crecimiento industrial y de servicios, crecimiento demográfico y llegada de inmigrantes. Esto condicionó notablemente a las ciudades españolas que ven como aumenta el terreno para urbanizar con edificación masiva.

Igualmente este desarrollo urbano de los años sesenta se basaba igualmente en el desarrollo industrial y en un incipiente desarrollo turístico. En concreto, y vinculado con este sector la Ley de Zonas de Interés Turístico Nacional (1963) que fomenta un desplazamiento hacia el litoral costero respecto del interior y favorece el desarrollo y crecimiento urbano de las áreas costeras pensado para el turismo. Igualmente importante será el periodo que va desde 1961-1976 ya que se aplica en el Plan Nacional de la Vivienda que genera la aprobación y revisión de Planes Generales en numerosas provincias españolas.
Lo cierto es que la ley del suelo se supeditó a los intereses de los grupos de promotores. Los agentes económicos que tenían suelo y capital se lucraban. Este importante crecimiento urbanístico se trasladó a la morfología urbana con grandes complejos residenciales asentados en la periferia y serán para la clase media. También está el fenómeno de los suburbios que se incrementa.
Barriada del Zumbacón (Córdoba)
Es en estos momentos en que se aprecia que en paralelo al crecimiento económico y surge el fenómeno de las áreas metropolitanas en Madrid, Barcelona y Bilbao con relaciones de las ciudades con su periferia. Este crecimiento de áreas metropolitanas sorprendió al gobierno y el crecimiento fue desordenado con ausencia de normativa en gestión o servicios.

En el primer lustro de los 70 el crecimiento demográfico se estanca por la crisis económica. En 1970 se intentó luchar contra el crecimiento en forma de mancha de aceite de algunas grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla) mediante la creación de polígonos de descongestión en las vías de acceso a la ciudad.
En estos  70 la ciudad adquiere otro cariz en el que la preocupación del ciudadano empieza a contar y surge una nueva situación por el traspaso de competencias. Coincidiendo con el desarrollismo van apareciendo en las ciudades españolas una nueva trama urbana, una nueva morfología así como una nueva realidad en la estructura de las ciudades ya que la extensión urbana hace difícil determinar los límites de la ciudad. 
Surge entonces la franja periurbana o suburbana, en la que se mezclan usos del suelo y formas de vida propios del campo y de la ciudad. 
Por otro lado, también se modifican las barriadas obreras y las instalaciones industriales de las ciudades que crean una orla o periferia alrededor de las ciudades. En su expansión las periferias urbanas se estructuran en diversas áreas que se caracterizan por sus contrastes morfológicos, funcionales y sociales: los barrios residenciales, las áreas industriales y las áreas de equipamiento. 
Los barrios residenciales de la periferia de las ciudades españolas durante el franquismo tuvieron una enorme expansión, aunque en la mayor parte de las ciudades surgen de forma descontrolada no cumpliéndose con las normas antes citadas o cumpliéndose parcialmente. 
Las actuaciones en estas ciudades entre los años sesenta y setenta se centran en todas las áreas residenciales, tanto las de promoción privada como las públicas u oficiales.
Los polígonos de vivienda de promoción privada surgieron a partir de 1960 y se crearon de forma aislada y mal conectados entre sí. Se adoptó una trama abierta en bloques o torres de vivienda colectiva. 
Dado el proceso de rápida urbanización de la época y de fuerte especulación del suelo se levantaron bloques de fachada geométrica, a veces en forma de H, de altura y densidad abusiva y que han creado un paisaje urbano monótono, que da lugar a barrios que se asemejan a “colmenas” o barrios dormitorio.
Paisaje de Huertas en Ciudad Jardín
Diario Córdoba

Un caso bastante común en las grandes ciudades es la aparición de las áreas metropolitanas. En esta área metropolitana aparecen las ciudades dormitorio debido a la expansión de las ciudades. La finalidad de estas nuevas ciudades es la descongestión de las ya preexistentes, por lo que estas surgen en las cercanías de otras que pretender ser descongestionadas. 
En las ciudades dormitorio los habitantes trabajan en la aglomeración principal y disfrutan de sus servicios, por lo que se genera un intenso y variado tráfico entre ellas (coches, trenes, autobuses, metro...).Con el tiempo, estas ciudades van, a su vez, a convertirse en aglomeraciones urbanas que han de descongestionarse. 
Junto a estos polígonos de promoción privada existen barrios marginales de infraviviendas o chabolas, que surgen sobre el suelo ilegal (rústico o verde) y sin organización urbanística. Las viviendas son autoconstruidas, con graves deficiencias y careciendo de los servicios elementales agua, luz, saneamientos). Estos barrios que alcanzan su máxima extensión en la década de los 50 dado el masivo éxodo rural y empiezan a ser transformados por las autoridades en los años 60 se incorporaron con lentitud las dotaciones básicas y se inició algún proceso de renovación y sustitución por bloques en altura. 
Chozas en la Barriada de Fray Albino (Córdoba) en 1949
Fundación Cajasur

Los barrios de vivienda de promoción oficial, que tuvieron su máximo desarrollo entre 1940 y 1960. En este periodo se intentó paliar el tema del alojamiento y se crearon más de 400.000 viviendas “protegidas” con ayuda estatal y con limitaciones en el precio de la vivienda. Casi siempre se adoptó por barrios de trama abierta, con zonas libres entre viviendas. La edificación, en viviendas unifamiliares o bloques, se caracterizó por la monotonía, la pobreza de materiales y la baja calidad constructiva. Estas carencias dieron y dan todavía lugar a políticas de rehabilitación para recuperar edificios y dotar a los barrios de equipamientos básicos (escolares, deportivos, sanitarios). 
Algunas barriadas de promoción oficial fueron las UVA (Unidades Vecinales de Absorción), construidas en tres o cuatro meses como barracones prefabricados, con carácter provisional para un período máximo de de cinco años cinco años, aunque se mantuvieron 25 años más – por ejemplo en Córdoba pasó con las barriadas de Las Moreras y Las Palmeras-, los poblados de absorción (para alojar a chabolistas) y los poblados agrícolas (para absorber la a la población del campo, como Algallarín en Córdoba).




jueves, 12 de febrero de 2015

La ciudad española durante el primer tercio del siglo XX


Hasta la Guerra Civil se sigue con la continuidad de los procesos urbanísticos anteriores. Destacan actuaciones representativas sobre los centros históricos, hay una reforma interior de los centros históricos, derribos, realineaciones, saneamientos, etc. También se articuló el espacio urbano con la consolidación de los ensanches y potenció el desarrollo ya que era una forma válida de producir espacio urbano.
El principal protagonista es el extrarradio de la ciudad porque en muchos casos va a ser considerado a efecto administrativo como ciudad, así tiene que cumplir todos los postulados de la organización de la ciudad que destacó en la segunda generación de ensanches para controlar el área del extrarradio. 
En los primeros años del siglo XX, en Barcelona se manifestaba la necesidad de articular el ensanche Cerdà con la periferia. Se convocó un concurso público que ganó en 1905 el arquitecto francés León Jaussely. Se trata de un plano basado en grandes figuras geométricas, combinación de rectas y curvas. No es extraño, puesto que Jaussely partía de la crítica generalizada al plan Cerdá. 

La regularidad del trazado en damero desaparecía a favor de composiciones oblicuas. Este proyecto no prosperó, pero Jaussely participó en la confección del definitivo Plan de Enlaces de 1917, en el que quedó recogida su idea de un cinturón de ronda. 

A principios del siglo XX las ciudades españolas irán paulatinamente sufriendo cambios conforme iban extendiendo en superficie y aumentando en ellas la población. En paralelo a esto las autoridades irán aprobando una legislación en materia de planificación urbana y de vivienda. 
Uno de las primeras medidas se aplicará durante la dictadura de Primo de Rivera. En 1924 se aprueba un Estatuto Municipal  que obligaba a los municipios de más de  10.000 habitantes a redactar sus planes de ensanches. Hasta 1923, con el Estatuto Municipal, publicado siendo ministro de Gobernación Calvo Sotelo, imponía la obligación a las grandes ciudades de elaborar un plan general que ordenase el crecimiento. 


En últimos años de la década de los 20 aparece una nueva generación de arquitectos, influidos por las corrientes del racionalismo. 
En esta generación destacan por su actividad urbanística Secundino Zuazo y Fernando García Mercadal. Este segundo, es el principal introductor en España del racionalismo centroeuropeo. En 1926, recibió clases de urbanismo de Hermann Jansen, y en 1929 trabajó en el estudio de Zuazo. García Mercadal puso en contacto al arquitecto bilbaíno con el alemán, y ambos concurrieron con un proyecto conjunto al concurso convocado por el ayuntamiento de Madrid, para la urbanización del extrarradio. El concurso se declaró desierto, por considerar el jurado que ningún proyecto cumplía todas las condiciones. 
La Segunda República, coincidió con el auge de la arquitectura racionalista, de la que García Mercadal fue el principal introductor. Participó en el congreso fundacional del CIRPAC en 1928, organizó la visita de Le Corbusier a Madrid y fue el promotor de la creación en 1930 del GATEPAC. 

El gobierno republicano proporcionó un fuerte impulso político al planeamiento urbano, especialmente bajo el mandato de Indalecio Prieto en Obras Públicas entre 1931 y 1933. 

En 1932 se creó el Gabinete Técnico de Accesos y Extrarradio de Madrid, para mejorar los accesos por carretera y ferrocarril y ordenar los núcleos de población periféricos. El cerebro de este gabinete fue Secundino Zuazo, y sus realizaciones más significativas fueron el plan de accesos a Madrid y dos trabajos relacionados con los trabajos de prolongación de la Castellana: el túnel ferroviario entre Chamartín y Atocha y los Nuevos Ministerios. 

Otro trabajo del Gabinete fue el Plan Regional de Madrid, en el que se contempla no sólo la ciudad y su periferia inmediata sino una extensión territorial mucho más amplia. El interior del término municipal de Madrid fue objeto de un plan de Extensión en 1933, que venía a suplir el fallido concurso de 1929. Se trata de un trabajo que establecía objetivos sobre zonificación, densidad, espacios verdes y sistema de transporte.

 Nuevos Ministerios
Por su parte, García Mercadal ganó en 1932 la plaza de jefe de la Oficina de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid. Su principal aportación urbanística desde su puesto es el Proyecto de Ciudad Verde del Jarama. 
Donde éste se convirtió en arquitectura oficial, fue en Cataluña, impulsado por la Generalidad de Cataluña. El GATCPAC, liderado por Sert, será la referencia del urbanismo catalán republicano. El primer proyecto de calado del grupo es la urbanización de la Diagonal (1931). Se trata de una exposición del racionalismo más ortodoxo, en el que la manzana cerrada Cerdà se sustituye por alienaciones longitudinales de bloques exentos. En 1932, se publica el de la "Ciutat de Repós", una colonia de vacaciones dentro de la preocupación del movimiento por la higiene y el ocio. 
En 1934, se completó la redacción del proyecto más ambicioso, el "Plan Macià", para la creación de una nueva Barcelona, que contó con el apoyo de Le Corbusier. El crecimiento de la ciudad debería hacerse descartando las propuestas radiales tipo Jaussely y conservando la organización reticular de Cerdà, pero con un módulo mayor (una manzana nueva equivaldría a nueve antiguas). Se prestaba atención especial al cinturón litoral, a la zonificación y a la modificación de las ordenanzas urbanas.

En las ciudades jardín


Una ciudad jardín es un centro urbano diseñado para una vida saludable y de trabajo; tendrá un tamaño que haga posible una vida social a plenitud, no debe ser muy grande, su crecimiento será controlado y habrá un límite de población. Estará rodeada por un cinturón vegetal y comunidades rurales en proporción de 3 a 1 respecto a la superficie urbanizada. El conjunto, especialmente el suelo, será de propiedad pública, o deberá ser poseído en forma asociada por la comunidad, con el fin de evitar la especulación con terrenos. 
La idea de Ciudad Jardín surgió del movimiento urbanístico de las ciudades jardín fue fundado por Sir Ebenezer Howard (1850-1928). Sus conceptos sociológicos y urbanísticos se contienen en el libro titulado Ciudades Jardín del mañana, cuya versión corregida y completa apareció en 1902. La Garden City Association promovió la fundación de la primera ciudad jardín en Letchworth, a 55 km al norte de Londres, en un terreno de poco más de 1860 ha y para una población de 33 000 habitantes. La mayoría de los residentes debería de trabajar en los centros industriales de la localidad, el resto, en lugares que no distan los 15 km. Se trata de ciudades integrales, no ciudades dormitorio. 

En España, el movimiento de las Ciudades Jardín se desarrolla a partir del año 1911 tras promulgarse la ley llamada Ley de casas baratas que fue posteriormente modificada en 1921, intentando solucionar el acuciante problema de la vivienda popular, es decir, el ordenamiento para la construcción de barriadas económicas, diseñadas en teoría como ciudades satélite autónomas en lo referente a sus propios servicios colectivos, con unas garantías higiénicas mínimas y siempre buscando la proximidad a las grandes arterias de comunicación o a los grandes centros de trabajo. En casi todas las ciudades de España empiezan a surgir ciudades jardín. 

La intención de las autoridades era levantar barrios para obreros. En la creación de estos barrios jugó un papel esencial esta legislación de casas baratas de 1911 (modificada en 1921) que permitirá a los ayuntamientos a expropiar el suelo y crear este tipo de barrios en principio para la clase obrera. Se conocen como casas baratas a un conjunto de edificaciones destinadas a la clase obrera o media baja con el objetivo de suplir la necesidad de vivienda de la época. Estas casas fueron dadas en propiedad o alquiler mediante préstamos legales realizados a bajos intereses. 
Las Casas Baratas estuvieron localizadas en los alrededores de las ciudades, específicamente en aquellos lugares de poca urbanización, teniendo como meta ofrecer un lugar a los clientes caracterizados por la higiene y la sostenibilidad. Fueron realizadas con dos niveles como máximo y gestionadas mediante organizaciones públicas. 
Esto dio lugar a construcciones de ese modelo de casas unifamiliares de tamaño reducido y con pequeños jardines en ciudades como Málaga, Vitoria, Córdoba y Barcelona. 
En Andalucía destacan las levantadas en Huelva en el barrio Reina Victoria de José María Pérez Carasa y Gonzalo Aguado, en 1916. Años más tarde se intenta repetir el mismo modelo en la ciudad de Málaga donde está el barrio de Ciudad Jardín, del primer tercio del pasado siglo XX. Las obras iniciales de las primeras casas que lo formarían dieron comienzo en 1925 en las cercanías de la Avenida de la Rosaleda. En Córdoba , también aparece este barrio en la zona oeste de la ciudad. 

En Bilbao se edificó la Ciudad Jardín bilbaína entre 1923 y 1925. En Vitoria se encuentra el distrito de Mendizorroza. 

En Cantabria destacan la ciudad jardín de Santander y la Ciudad Vergel en Torrelavega y en Cataluña destacan las de Tarragona. También en Madrid entre Chamartín y La Prosperidad, Zaragoza, A Coruña  o Las Palmas.





 Casas construidas en Tarragona bajo el amparo de la ley de las Casas Baratas en 1927