lunes, 24 de abril de 2017

La pesca en la ESPA

La pesca es la actividad económica destinada a obtener productos del mar. Estos pueden ser alimentos frescos destinados al consumo humano o materias primas para la industria, como pescado para congeladoras y conserveras, para obtener aceites y grasas o para hacer harinas. También se obtienen productos para elaborar fertilizantes. 

España es un país eminentemente marítimo que cuenta con una prolongada plataforma continental que discurre a lo largo de toda la periferia del litoral español. Dicha plataforma, aunque estrecha, ya que el talud se encuentra a escasa distancia de tierra, es muy rica en recursos pesqueros.España es un país eminentemente marítimo, asentado en una península y dos archipiélagos, cuya fachada norte y suroeste se abre al océano Atlántico y la costa este y sureste al mar Mediterráneo. 

El consumo de pescado se sitúa cerca de los 40 kg per cápita al año (FAO, 1998). España es el país del mundo donde más alimentos de origen marino consumen sus habitantes tras Japón, Noruega y Portugal, aunque las riquezas pesqueras de su plataforma continental están muy disminuidas debido a la sobrepesca. La acuicultura no cubre más que una pequeña parte de la producción total, aunque también es de notar que cada vez esa parte va siendo mayor. 

Para abastecer los mercados el sector pesquero ha diversificado su área de trabajo, desembarcando en los puertos pescado fresco procedente de otros mares, ya sean de aguas internacionales o aguas jurisdiccionales de otros países con los cuales se ha llegado antes a un acuerdo de pesca: La explotación de estos recursos marinos tiene una gran tradición en España. 

Ya en la Edad Media y la Edad Moderna, el comercio de sardinas, bacalao y boquerones en salazón, bonito en escabeche etc. estableció redes de conexión entre los puertos gallegos, cantábricos, suratlánticos o del levante, y las ciudades del interior. 

Dentro de las políticas desarrollistas qu aplicó el franquismo en las décadas que van del 1950 al 1970, España se puso como meta conseguir ser una potencia mundial en la obtención de recursos marítimos . La flota española conseguía grandes capturas en unos caladeros considerados libres, aunque para ello tuvieran que alejarse mucho de nuestra plataforma continental y faenar en aguas jurisdiccionales de otros países. 

La pesca ha mantenido su importancia en España hasta la actualidad. Hasta los años 1980 los barcos españoles faenaban en caladeros de todo el mundo, apoyados en una flota de barcos congeladores. De esta forma se proporcionaba pescado a los mercados a unos precios relativamente bajos. 

Esto continuó así hasta que las naciones que veían como eran esquilmados sus recursos pesqueros sin ninguna compensación decidieron, en la Conferencia del Mar auspiciada por la ONU aumentar sus aguas territoriales hasta las 200 millas náuticas delimitando así la llamada la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que constituyen el Caladero Nacional. En el Caladero Nacional faena la mayor parte de la flota pesquera española en cuatro zonas pesqueras diferenciadas: Cantábrico-Noroeste, Golfo de Cádiz, Canarias y Mediterráneo. Se trata de flota de bajura, cuyos buques se encuentran en Censos que les posibilita faenar en zonas determinadas del Caladero y con artes o aparejos específicos, si bien existe un elevado número de unidades pesqueras de carácter artesanal. 

La flota pesquera española está constituida por unos trece mil buques de pesca, en los que trabajaban casi cuarenta mil tripulantes. 

Durante los últimos años, se ha mantenido la tendencia de reducción de la flota, especialmente de la flota de altura y gran altura. 

Existen un total de 312 puertos pesqueros en el litoral español, destacando la importancia de los que se encuentran en Galicia (78 puertos), destacando Vigo, Marín, Cangas o A Coruña, en Canarias (56), con Las Palmas, Santa Cruz, Arrecife, y Andalucía (38), especialmente la atlántica, donde destacan los puertos de Cádiz e Isla Cristina. 

La elevada demanda de productos pesqueros puso de manifiesto la insuficiencia de la producción pesquera del caladero nacional y propició el desarrollo de pesquerías en aguas exteriores y caladeros lejanos.

A partir de entonces a España no le quedó otro remedio que negociar con los distintos países, acuerdos convenientes para las dos partes si quería seguir pescando en esas aguas. Estas negociaciones continúan actualmente con diversos países fuera del ámbito de la CE, puesto que en el ámbito interno de la CE, es la Comisión Europea la encargada de negociar las cuotas de pesca y los caladeros para todos los países que la integran, al entrar la pesca dentro de la política común. 

Al mismo tiempo la CE puede decretar vedas en determinados caladeros o restricciones pesqueras sobre algunas especies en peligro de sobreexplotación El Tratado de la Unión Europea establece que la pesca constituye una de las Políticas Comunes y que, por lo tanto, la Unión tiene competencia exclusiva en la materia. 

Las Comunidades Autónomas tienen competencia sobre la pesca que se realiza en aguas interiores, el marisqueo y la acuicultura, y en materia de ordenación del sector pesquero y de comercialización de los productos pesqueros, en desarrollo y ejecución del marco unitario. Este marco viene determinado por la Ley 3/2001, de 26 de marzo, Ley de Pesca Marítima del Estado. 

Los barcos españoles faenan también a lo largo de todo el mundo, tanto en el Atlántico (Marruecos, Mauritania, Guinea-Bissau, Guinea-Conakry, Angola) como en el Pacífico oriental, aguas árticas y más recientemente en el Índico (Madagascar, Seychelles, Comores, Mauricio).

Los principales puertos de descarga de las capturas son los gallegos de Vigo y A Coruña seguidos por los de Bahía de Cádiz, Pasaia, Avilés, Santander y Gijón. 

Para hacer frente a los problemas pesqueros se ha utilizado los fondos de la Política Pesquera Común (PPC), que es la política de la Unión Europea para el sector. Sus objetivos son muchos y variados. Entre ellos el conseguir unos precios para el pescado que hagan rentable la actividad para el empresario de la pesca, y que sean asequibles para el consumidor. Para ello se lleva a cabo una política de subvenciones. Ajustar el tamaño de las flotas de los países miembros a las posibilidades de captura, haciéndolas rentables y competitivas. Para ello se llevan a cabo políticas para subvencionar jubilaciones, para la formación laboral que posibilite recolocar a los trabajadores en otros sectores, para instalar actividades productivas distintas en las zonas tradicionalmente pesqueras, para la modernización de las flotas, etc. Conseguir ajustar las capturas a cantidades que no sobreexploten y agoten los caladeros. Se trata de hacer de la pesca una actividad sostenible. Perseguir las técnicas de pesca no sostenibles, que dañan los fondos marinos, capturan especies no aprovechables o realizan capturas excesivas. Para ello se fijan normas y un sistema sancionador. Buscar (negociar) nuevos caladeros y organizar el acceso de las flotas de los diversos países a los mismos; a la vez, se restringe el acceso de terceros países a los caladeros europeos. 

Otro aspecto importante es el fomento de la acuicultura. La acuicultura es el cultivo de organismos acuáticos tanto en zonas costeras como del interior que implica intervenciones en el proceso de cría para aumentar la producción. Es probablemente el sector de producción de alimentos de más rápido crecimiento y representa ahora el 50 por ciento del pescado destinado a la alimentación a nivel mundial. 

En la actualidad, la acuicultura representa casi el treinta por ciento de la producción pesquera mundial. Dentro de este panorama, España está situada, en el puesto 11º del ranking mundial de productores, con más de 300.000 toneladas y cifras en aumento. La acuicultura en España supone aproximadamente un 40% del conjunto del pescado consumido en España. Con cifras en torno a las 300.000 toneladas. Entre las especies destacan los moluscos ( mejillones) y especies marinas como la dorada, la lubina y el rodaballo.

El turismo es una gran invento

Transformaciones y cambios en los espacios. La costa: actividad pesquera y espacio turístico. 

Ya hemos vistos que el espacio rural proporciona los productos básicos que hacen posible la vida en todo el mundo. Y es cierto que la ciudad carece del sector primario que la sustenta, pero establece una competencia por el uso del suelo que a veces se extiende por antiguos espacios rurales que se van transformando en urbanos lo que provoca no sólo graves problemas ambientales sino cambios de uso y funciones. 

La mayor transformación reciente en los espacios agrarios es que las actividades agrarias han perdido su exclusividad de uso apareciendo nuevos usos como el residencial en áreas rurales, así como  otros ligados a las infraestructuras de transporte y abastecimiento de grandes áreas metropolitanas, a la instalación de industrias y las actividades relacionadas con el ocio y el turismo. 

De hecho vemos como en las áreas tanto del interior como la del exterior esos espacios han pasado de ser tradicionales vinculados con la agricultura, la ganadería o la pesca y que hoy son espacios turísticos. Así que en este tema vamos a ver como hay un sector en crecimiento , el turístico, y otro , en crisis, la pesca. 



España es uno de los principales destinos turísticos del mundo, gracias a los diversos atractivos que posee nuestro país. En este sentido es importante señalar que nuestro país es el segundo del mundo con más ciudades Patrimonio de la Humanidad, el tercero en número de espacios naturales declarados Reservas de la Biosfera o el que más playas azules posee de todo el Hemisferio Norte. Esto son sólo algunos ejemplos de los atractivos que España ofrece a sus visitantes. España es un país turístico con una excelente infraestructura en el sector servicios, situándose entre los tres más visitados del mundo, al que acuden anualmente millones de viajeros atraídos por sus playas y agradable clima, el abundante patrimonio artístico del país y la riqueza gastronómica, además de ser una de las naciones más ricas en patrimonio cultural del planeta debido al gran número de civilizaciones que dejaron su impronta y legado en la Península Ibérica, que lo sitúan como el primer destino mundial en turismo vacacional. 

Según el informe de 2014 de la Organización Mundial del Turismo (OMT), España es el tercer país del mundo en número de turistas extranjeros, con 65 millones de turistas anuales en 2014, sólo superado por Francia y Estados Unidos. 

En el año 2016 llegaron un total de 75 millones y medio de turistas. Según el informe de 2015 proporcionado por Eurostat, España fue el primer país de la Unión Europea en número de pernoctaciones logrando superar a Francia, debido a un aumento del 4,3% respecto al año anterior. 

El impacto turístico representa alrededor del 11% del producto interior bruto del país, sustentándose parte de su economía en el sector servicios, con un inigualable desarrollo y excelencia en hostelería y transporte desde el boom turístico acontecido en la década de los 60 que se afianzó internacionalmente con la celebración en el quinto centenario del Descubrimiento de América (1992) de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. 

Con respecto a los ingresos del sector turístico, España es la segunda nación del mundo, solo superada por Estados Unidos según la OMT.

El principal destino turístico es Cataluña seguida por las Islas Baleares y Canarias. En el año 2015 el Foro Económico Mundial otorgó a España el primer puesto mundial en competitividad turística.11 Según los datos aportados por el INE en febrero de 2017, España ingresó en este año 77.625 millones de euros en concepto de ingresos turísticos, un 9% más que el año anterior. El turismo en España ha aumentado en 7,5 millones de turistas en un año. Se ha visto beneficiada por la caída de visitas en Turquía y Egipto, entre otros, dada la inseguridad en la zona. La forma de llegada ha sido fundamentalmente en avión, un medio de transporte que aumenta el 11,7%. 

Durante varias décadas se hizo especial énfasis en la promoción del turismo de sol y playa, debido al clima bastante más cálido y soleado en comparación con otros países europeos. Las temperaturas en verano suelen variar entre los 20 y 40 grados, y muchas regiones tienen más de 300 días de sol al año, con veranos generalmente secos y calurosos. 

La capacidad turística en las localidades costeras proporciona un ingente número de hoteles, restaurantes y viviendas a pie de playa de las que la Costa del Sol y la Costa Valenciana son fiel exponente con Marbella, Torremolinos y Benidorm como promotores indiscutibles. 

Sin embargo,  Madrid y Barcelona son las principales ciudades turísticas de España. Tienen una gran oferta turística de diversos congresos y convenciones nacionales e internacionales, lo que acrecenta las cifras. En el año 2014, la ciudad más visitada fue Barcelona, situándose en el puesto 25º en el ranking mundial. Junto a Madrid son dos de las cinco ciudades europeas donde se produce mayor gasto por turista. Madrid, con 9,7 millones de turistas en 2012,fue la ciudad más visitada de España por turismo internacional y consiguió alcanzar la séptima plaza en el ranking mundial. 

Por regiones, de las 17 comunidades autónomas de España las llegadas han crecido con respecto al año anterior 13 de ellas. Cataluña sigue siendo la que más turistas recibe. Las únicas regiones que han experimentado una bajada son Extremadura (31,80% menos), Galicia (bajada del 17,46%), País Vasco (12,54% menos) y Cantabria (decrecimiento del 8,92%). Las mayores subidas se han dado en La Rioja, con un aumento del 86,59%; y Aragón, con un incremento del 55,56%. 

El norte de España tiene un clima algo más fresco y húmedo. Muchos españoles y extranjeros se sienten atraídos por el milenario Camino de Santiago o fiestas de carácter lúdico como San Fermín. La zona norte combina turismo rural con grandes arenales que gozan de buen clima en verano y turismo de esquí en invierno. La zona norte del país presenta una singular belleza por la cercanía de montañas con abundante vegetación a zonas como la costa cantábrica, las rías de Galicia o los Picos de Europa. 

La gastronomía española es amplia y variada, con platos tan típicos como el gazpacho, la paella, el cocido madrileño, la fabada, el jamón ibérico, el marisco o el pescado típico de la zona. El aceite de oliva, del que España es el primer país productor del mundo, se emplea en una gran diversidad de platos, y es muy apreciado en otros países. 

En los últimos años ha crecido el interés por el turismo cultural en España, incrementándose la afluencia de visitantes a destinos como la Mérida romana de Extremadura o históricos lugares de Castilla y León. El turismo cultural e histórico también está desarrollado en España, destacando ciudades de mediano tamaño como Toledo o Segovia y otras de mayor población como Granada.

En el medio rural se está intentando cumplir las expectativas de crear en él un tipo de turismo. Mediante programas de apoyo al desarrollo rural, pretenden estimular aspectos complementarios a la actividad agraria y recuperar las viviendas, la artesanía y tradiciones locales, etc. incluyendo una oferta de actividades de ocio relacionadas con la naturaleza y el medio ambiente. También es importante el turismo de nieve, donde prolifera el "turismo de esquí" en diversos sistemas montañosos. Podemos destacar lugares como Sierra Nevada. 

El 48.7% del turismo extranjero en España procedió en el 2016 de tan sólo tres países: Alemania, Francia y Reino Unido, siendo que, de este último ingresaron 17.840.292 turistas durante todo el año, un 12,4% más que el año anterior. 

Otros países o áreas de las que proceden un número importante de turistas son Italia, los Países Nórdicos, Benelux, Portugal, Irlanda y Suiza. 

Por continente, el 86,1% de los turistas provino de Europa, el 7,1% de América, y el 6,8% restante del resto del mundo. Por origen, el mayor caladero de visitantes de España sigue siendo Reino Unido. En total han sido 17,8 millones de turistas británicos los que han viajado a tierras españolas. Es decir, algo más de dos de cada diez (23,6%) viajeros internacionales que fueron a España eran británicos, pese a la caída este año del valor de la libra esterlina a causa del 'Brexit'.El gasto medio del turista estaría en 1023 euros, un 3,75 % más que el año pasado. Una tendencia que se refleja también en el gasto diario por turista, donde se ha pasado de los 113 a los 138 euros diarios.  

Las mayores subidas de visitas hacia España las experimentan Canadá (40,93% más), Argentina (subida del 40,2%) e Irlanda (22,99% más). En el lado opuesto, la gran decepción ha sido China y Japón, dos mercados a los que se pretende atraer con el impulso del turismo de compras. A pesar de los intentos, los visitantes chinos han bajado en un 11,25%, mientras que los nipones han decrecido un 24,78%. 

Según las proyecciones de la Organización Mundial de Turismo, la llegada de turistas extranjeros a España va a crecer en un promedio del 5% anual durante los próximos veinte años.